domingo, 23 de diciembre de 2007


Llantos quebrados por la ira de quien no entiende la razón del ser.
Furia arrastrada por la inquebrantable amargura de lo que un día se sueña en creer.
Rabia por la imposibilidad de levitar y ver el mundo a tus pies.
Ira por los juicios de valores, inconexos con la realidad, en disputas que fácil se pueden perder.
Risas cínicas del odio proyectado en el alma de quien se ha dejado por la codicia vencer.
Muerte del conocimiento que lucha con fuerza por verse de nuevo florecer.
Maldad que reside en todo alma cuya eterna disputa es a la bondad vencer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

precioso sin mas...