domingo, 8 de junio de 2008

Cuarta copa de los mosqueteros


Por Antonio Aparicio

4 participaciones, 4 títulos. 28 partidos, 28 victorias. Pasan los años para Rafael Nadal en Roland Garros y lo único que cambia es el color de su camiseta sin mangas de turno. En esta ocasión, el verde “fosforito” le confirió más fuerzas que nunca y, sobre todo, una aureola fosforescente de superioridad que convirtió al español en una máquina total, inexpugnable para todos y cada uno de sus rivales. Su última víctima propiciatoria fue el gran Roger Federer, nº 1 mundial, que no sólo no pudo sacar a relucir sus progresos sobre la tierra batida de la mano del técnico español Pepe Higueras, sino que sucumbió ante el dueño y señor de la “central” llevándose un correctivo antológico: 6-1, 6-3 y 6-0, en apenas 1 hora y 48 minutos de partido.
En mayo de 2005, Nadal plantó su tienda de campaña en la pista Philippe Chatrier y ya no hay quien lo saque de ahí. Y no sólo eso, sino que el discípulo de su tío Toni va a más, y su hegemonía aumenta con cada año que pasa. En esta edición, el pavor psicológico infundido a sus adversarios ha sido tal que, por primera vez desde que lo hiciera Bjorn Borg en 1980, se adjudicó el torneo sin ceder ni una sola manga (de paso, se une al propio Federer, arrollador en el Abierto de Australia 2007, como uno de los 5 únicos tenistas que lograron apuntarse un “Grand Slam” sin perder ningún set). Además, el total de juegos que ha dejado escapar se quedó en una cifra ínfima: 41 (únicamente abultada un poco por los 12 que le ganó Novak Djokovic en “semis”).
Un “rosco” insólito para el suizo
La humillante paliza que le endosó al subcampeón de las tres últimas ediciones y semifinalista en 2005 (siempre derrotado por Nadal) no la olvidará fácilmente don Rogelio. Para empezar, ¡el “rosco” del tercer set es el primero que encaja el helvético en casi 9 años! La última vez que perdió un set por 6-0 fue en 1999, sobre la hierba del Queen’s. Dos semanas antes, también lo hizo en Roland Garros contra Patrick Rafter; pero entonces Federer no era más que un novato de 17 años que ni siquiera formaba parte del “top 100”).
Sin duda, un duro revés para un gran campeón, que, por culpa de este monstruo de la superficie ocre, sigue sin poder apuntarse el único “grande” que le falta… ¡en su 15ª final en una cita del Grand Slam! Pero es que Nadal no respeta jerarquías, y los 4 juegos que “dejó” sumar a Federer fueron menos incluso que los logrados por los supervivientes de la fase previa Thomaz Bellucci (9) y Nicolas Devilder (5) en las dos primeras rondas (si bien superó en uno, eso sí, a los 3 obtenidos por Fernando Verdasco y Nicolás Almagro en octavos y cuartos, respectivamente).
El partido en sí, sin historia
Números aparte, la crónica del partido admite pocas circunstancias dignas de mención, dada la tremenda superioridad exhibida por Rafa… y las pobres prestaciones del de Basilea. Si “Nico” Almagro (en cuartos) sólo supo ser él mismo durante dos o tres juegos escasos en el segundo set, y “Nole” Djokovic (en semifinales) apenas demostró su vitola de líder de la Carrera de Campeones en la tercera manga, Roger únicamente existió brevemente en la mitad del segundo parcial, a partir del 6-1, 2-0.
En ese momento, el nº 1 mundial, que no estaba andando fino ni desde el fondo de la pista ni con la volea, y que se venía mostrando demasiado vulnerable con su saque (hasta entonces no había sumado ni un solo punto con su segundo servicio), logró reaccionar y recuperar el saque perdido (en su único break del encuentro). Federer supo mejorar ligeramente en la red y en su porcentaje de acierto general, así como mover un poco a Nadal con más variaciones de ritmo. Pero el espejismo no duró mucho. Rafa volvió a apuntarse el quiebre (5-3), al aprovechar su 4ª bola de break en ese largo juego, con un gran passing paralelo de revés (12 passings se apuntó en todo el partido).
A partir de ahí, 8 juegos de una tacada y alfombra roja para el tetracampeón, que logró así igualar al mítico Borg, campeón de forma consecutiva entre 1978 y 1981 (aunque el sueco sigue ostentando el récord de títulos totales, con 6). Muy bien Nadal (sólo 7 errores no forzados y 22 golpes ganadores, 7 de ellos con el “drive”, 92 puntos en total) y muy mal Federer: 35 errores no forzados, ¡23 con la derecha! (el último, en el punto de partido); un lamentable 42% de efectividad en sus subidas a la red, 16 golpes ganadores y apenas 52 puntos en total...). Así se resume este nuevo capítulo escrito por Nadal en la historia de Roland Garros… con apenas 22 años. Un libro al que, sin duda, le quedan aún muchas páginas por rubricar…

1 comentario:

Anónimo dijo...

a jugado muy bien hoy,enhorabuena.
besos.